“Yo no soy un empresario”, me dijo. “Para abrir mi negocio
necesito mucho dinero que no tengo, no sé cómo y dónde abrirlo, etc., etc.”…
¿Te ha sucedido? ¿Te ves reflejado en esta imagen? ¿Has oído a alguien decir esto alguna vez?
Probablemente él tenga razón. Como dijo Henry Ford, “tanto
si crees que puedes como si crees que no puedes, en ambos casos tienes razón”.
Ser empresario es una decisión personal. Tú decides ser
empresario porque no quieres ser empleado. O, decides seguir siendo empleado y
trabajar para un empresario. Punto.
Creo que la razón por la que muchas personas descartan ser
empresarios es porque tienen una idea equivocada acerca de la vida empresarial.
He llegado a escuchar incluso algunas razones como “no
quiero pagar tantos impuestos al gobierno”. Es verdad que el pago de impuestos es
alto; sin embargo, los impuestos lo pagan los clientes. Creo que el verdadero
motivo que subyace detrás de esta afirmación es la carencia de educación financiera
para hacer un buen manejo financiero, lo cual es inconsciente, por supuesto.
Desde mi punto de vista, un empresario es el que emprende
algo y con ese emprendimiento crea una empresa.
Empezar un emprendimiento, cualquiera que éste sea, es
empezar una empresa. Según tu desenvolvimiento, tu empresa crecerá o perecerá.
Un empresario lo es desde el momento en que decide serlo.
Desde el momento en que decide que no será un empleado, sino que él tomará las
riendas de su propia vida y de sus ingresos.
Muchas personas tienen la idea equivocada de que un
empresario es aquel que viste un traje y corbata y maneja un coche de lujo… ¡y
vaya que los hay!
Mas la realidad es que a muchos empresarios muy pocas veces
se les ve vistiendo traje y corbata o andando en un coche de lujo. La mayoría de
las veces los vemos vestidos con ropa común y transportándose en un tipo de transporte para nada lujoso.
Sin embargo, lo que sí caracteriza a un empresario es que realiza
una actividad comercial que, por más pequeña que sea, es un emprendimiento, y
con ello, la base de una empresa.
Sea que vendas salchipapas o perros calientes en una
carretilla en una avenida o sea que vendas carteras en el centro de Manhattan o
tengas un local comercial donde ofreces diferentes tipos de productos o
servicios, o tengas un negocio esde casa u online, todos estos son
emprendimientos, y, por el simple hecho de estarlo haciendo, ya eres un
empresario exitoso.
Toda empresa nace pequeña, con el sueño del empresario que
la crea. Dependiendo de la visión que éste tenga, la pequeña empresa irá transformándose
en una grande.
Por tanto, un empresario exitoso es aquel que toma acción.
Es aquel que empieza su emprendimiento con una visión y pasión y da los
pasos para hacerla realidad. Ahora bien, es necesario que el empresario tenga
paciencia y perseverancia porque una empresa no crece de un día para el otro.
Toma tiempo desarrollarla. Ser paciente y perseverante en el mundo empresarial
es una virtud que te ayudará a obtener grandes frutos.
Cuando tú escuchas historias de empresarios exitosos te
puedes dar cuenta que muchos de ellos empezaron casi siempre con poco dinero, con
pocos recursos, pero con una gran pasión y visión y tuvieron la paciencia, la
actitud correcta y la honestidad respectiva para dar los pasos que conlleva
lograr su sueño.
Una vez le preguntaron a Rockefeller desde cuando él había sido
rico, a lo que él contestó, “desde que dormía en una banca de las calles de Nueva
York”. ¿Te imaginas cómo él se sentía? ¿Puedes ver su enfoque, su visión?
Si él no hubiera soñado, si él no se hubiera sentido rico,
si no hubiera actuado pensando en lo nada que tenía durmiendo en la calle,
nunca habría logrado lo que logró. Y como Rockefeller hay muchas otras
historias que nos conmueven y a la vez nos inspiran.
Yo misma, lo primero que hice cuando literalmente me quedé “en
la calle” fue crear mi empresa y por medio de ella colaborar con emprendedores
a prosperar integralmente…
Porque, como yo siempre digo, si un ser humano ha podido
lograr lo que anhelaba, cualquier otro lo puede lograr. Todo es cuestión de decisión
y de acción.
Toda carrera de mil metros empieza con un simple paso.
Si te sientes empresario, si tienes una idea de emprendimiento, pero aun no te animas a empezar, entonces
es momento de que te atrevas. No esperes a tener todo lo que necesitas para
empezar. A veces no llega.
¿No tienes un local? ¿No tienes capital? ¿No tienes sitio
web? Empieza con lo mínimo que puedas empezar. Usa los recursos que tienes a
mano. Usa tu talento. Tu actitud es muy importante. Hoy en día existen muchas
formas de hacer un negocio o de llevar a cabo un emprendimiento.
Usa tu cerebro que es el mejor activo que la sabia
naturaleza nos ha dado. Así es. Cuando estamos pensando en lo que no tenemos o en
lo que nos falta estamos usando solo el cinco por ciento de nuestro cerebro.
Si, en cambio, pensamos, ¿cómo puedo empezar? ¿Cómo puedo distribuir mis
productos o proveer mis servicios? ¿Cuáles son los recursos de los que
dispongo? ¿Cómo los puedo utilizar?, etc., estamos usando el noventa y cinco por
ciento de nuestro cerebro y nos volvemos creativos y creadores.
Ser empresario exitoso es un estilo de vida fabuloso, no
solo por las recompensas personales, empresariales y financieras que puedes
obtener, sino también por todo el aporte que brindas a tu familia, comunidad y nación.
Los empresarios, las empresas, son las que contribuyen con
la economía de los países brindando oportunidades de empleo y apoyando a otras
empresas a través de la compra de insumos o productos de comercialización, o a través
de la prestación de servicios. ¿Te imaginas como sería el mundo sin empresarios
exitosos?
Recuerda que lo más valioso que necesitas para ser un
empresario exitoso está dentro de ti. Tu anhelo, tu visión, tu acción. Si necesitas
preguntar o saber algo, indaga, muévete, no te quedes paralizado. Si necesitas ayuda, búscala. ¡Abre las
puertas del éxito! Empieza hoy, ¡que es el mejor momento!